
Texto y vivencia: Betto Gómez
En lo alto de Támesis, donde el verde es más verde y el tiempo parece fluir a otra velocidad, existe un santuario llamado Mundos Paralelos. No es un nombre simbólico: allá arriba, la realidad se desdobla. Hay un mundo sobre la tierra, vivo, mágico, vibrante. Y otro mundo, profundo y silencioso, que se extiende bajo nuestros pies en forma de cavernas, ríos subterráneos y memorias de millones de años.




